EMBAJADA CRISTIANA

El desarrollo de la misma tiene sus orígenes en el papel que jugó Almansa como importante fortaleza árabe dentro de una serie de fortificaciones creadas para defender los pasos entre el interior peninsular y las costas.

La conquista del reino de Murcia, tras la Batalla de las Navas de Tolosa, provoca que estas tierras sean continuamente castigadas por las tropas de Fernando III de Castilla, por lo que la población árabe que habitaba la comarca se ve muy debilitada.

La fuerte ofensiva castellana contra la mancha, hace que el rey de Murcia, abandonado por el Rey de Granada, intente pactar con Castilla. En diferentes localidades tuvieron lugar las conversaciones por las que el Reino de Murcia seguía manteniendo la soberanía sobre todas sus fronteras, pero lo cierto fue que los castellanos proseguían con su ofensiva. Así fueron cayendo las principales fortalezas, la mayoría por rendición, ya que sus efectivos militares eren muy reducidos, y los historiadores consideran que es presumible que Almansa siguiera este mismo camino.

la plaza santa maria

Revive la embajada con una apariencia distinta bajo la luz del día, donde el silencio se quiebra con el murmullo de la multitud, el tintineo de campanas, tambores y el lejano estruendo de arcabuces que se acercan lentamente. Los primeros disparos de arcabuz anuncian la llegada del cortejo a la plaza, y mientras las marchas moras y cristianas resuenan, las escuadras avanzan con parsimonia. El embajador, rodeado de su séquito, avanza con determinación.

El embajador cristiano, victorioso en mil batallas, sube junto a su capitán hasta las puertas del castillo y solicita la presencia del jefe de la fortaleza, dando inicio al parlamento que todos escuchan con atención.

ROMANCE DE LA CONVERSIÓN DEL MORO AL CRISTIANISMO

Esta segunda batalla se distingue por su misión inequívocamente pacificadora, marcando su clímax con la rendición del embajador moro. Este acontecimiento crucial va más allá de un simple acto militar, ya que conlleva la invitación explícita a que el moro abrace la fe cristiana durante la significativa ceremonia denominada «Conversión del Moro». Este impactante evento tiene lugar frente a la imponente imagen de nuestra patrona, María Santísima de Belén.

La peculiaridad de esta conversión despierta una fuerte emotividad entre los almanseños, cuya devoción hacia su patrona se manifiesta de manera palpable. El acto no solo representa una transformación religiosa, sino también un momento profundamente arraigado en la identidad y tradición de la comunidad local.

Durante el desarrollo de la ceremonia, se percibe en el ambiente un clima de profundo respeto. Los ciudadanos se sumergen en la solemnidad del momento, resaltando la importancia simbólica y espiritual de la conversión. Así, la conexión entre la rendición del embajador moro y la posterior adopción de la fe cristiana se entrelaza con la devoción hacia la Virgen de Belén, patrona de la cuidad.